California y yo

En el último tiempo, varias veces me ha tocado contar mi experiencia por California y me llamó la atención no tener escritos sobre este viaje. Fue una época en la que no escribía mucho, así que no tengo más que recuerdos, fotos y alguna postal de souvenir.

Terminé mi experiencia de Work and Travel en la montaña unas semanas antes de lo previsto porque había decidido viajar sola por la Costa Oeste! Pensé en empezar desde el estado de Washington, dónde me encontraba pero un contratiempo con la universidad hizo que disponga de unos días menos y quería aprovechar al máximo mi viaje. Yo debía volver a Seattle, ciudad desde dónde tenía vuelo de regreso a Buenos Aires, por lo cual aproveché a dejar todo el equipaje que tenía de sobra (una valija inmensa y una carry on). Durante mi viaje sólo cargué mi mochila de 70lt con lo necesario.

Saqué un pasaje desde Seattle a San Francisco con la idea de quedarme 3 noches, así que reservé un hostel cerca de Market St y la 5ta, no recuerdo el nombre pero sí que era barato para ser céntrico y tener baños limpio. Llegué por la tarde a la ciudad por lo que me dediqué a recorrer la zona y ver qué haría la mañana siguiente, sólo tenía dos días completos. Mientras preguntaba en la recepción dónde alquilar bicicletas, se acercan dos chicos que se ponen a escuchar la explicación y en inglés me preguntan qué era lo que estaba averiguando. Empiezo a explicarles hasta que uno larga algunas palabras en español, eran dos chilenos viviendo en Chicago, haciendo un posgrado. Pronto se sumaron a mi bicicleteada de la mañana siguiente, luego de pulsear el horario, a mí me gusta madrugar viajando, pero no a todo el mundo le pasa.

Esa noche en el hostel, conocimos un italiano, un brasilero, un colombiano y dos suecos, quienes se sumaron a la bicicleteada también. De repente me encontraba siendo guía turística de un grupo de extranjeros en una ciudad que nada conocía. Sí sabía que quería cruzar a Sausalito por el Golden Gate Bridge, así que agarramos Market St. hasta la costa y luego fuimos visitando todos los muelles (Piers) que están numerados, algunos son famosos por sus restaurants, otros por sus lobos marinos.

Cruzamos a Sausalito por el puente y la visitamos completa, frenamos a almorzar y seguimos bicicleteando por sus miles de subidas y bajadas. Después tomamos el ferry de vuelta para no perder el resto de la tarde en bici. Los barcos salen cada 1 hora, recomiendo no dormir y empezar a hacer la fila porque si se llena, se quedarán esperando una hora más, obvio que nos pasó. Hubiese sido más inteligente empezar a pedalear pero nos quedamos charlando y cuando quisimos acordar ya estábamos arriba del ferry. Llegamos tarde así que era día perdido, entre algunas personas fuimos a cenar afuera comida tailandesa, a la vuelta compramos unas cervezas y nos quedamos en el hostel.

Al otro día subí a Twin Peaks caminando desde el hostel, pasando por el barrio Castro (LGBT) con sus cientos de banderas y mucha vida, especialmente alrededor de las seis de la tarde. Fueron como dos horas de caminata al rayo del sol. Pueden ir en transporte público hasta la base o subir en taxi pero les recomiendo hacerlo caminando, porque al llegar, la vista es impagable. San Francisco desde arriba vale la pena, tanto de día como de noche. Este día tampoco estuve sola, me encontré con unos amigos que me hice trabajando en la montaña y estaban haciendo en grupo un viaje parecido al mio.

Técnicamente debía partir la siguiente mañana pero San Francisco era tan linda y me faltaba tanto por recorrer que me terminé quedando dos noches más. A parte los chilenos que había conocido, alquilaban un auto y continuaban hacia el sur, me invitaron a seguir con ellos y acepté.

En los días que me quedaron en San Francisco, volví a visitar los muelles (Pier 39 el que más recomiendo), el barrio chino, algunos mercados callejeros, las Painted Ladies, la famosa Lombard St. y las tiendas de Market St. Con los chilenos y un grupo más visitamos la región de Napa Valley y el parque Muir Woods, ambas visitas muy recomendables.

Mi idea principal era visitar Monterey después de San Francisco pero tuve que renunciar por falta de tiempo, así que pasamos de largo. Nuestro destino era Santa Bárbara, casi 600km por la CA-1 (la ruta costera). Increíbles vistas del mar, acantilados, pueblitos y villas de veraneo, más que nada la última parte llegando al Bosque Nacional Los Padres.

Santa Bárbara me gustó pero al no ser mayor de edad, no la aproveché mucho. Es una ciudad universitaria donde la vida nocturna es muy importante. Tiene lindas playas pero hacia frío y mucho viento. En verano, la costanera es muy recurrida y hay varios festivales. Sólo duré una noche allí, los chilenos se quedaban más tiempo pero decidí separarme para aprovechar mi viaje. Sólo me quedaban tres días de viaje.

Tomé un bus muy barato hacia Los Ángeles que me dejó en el medio de la ciudad, de la cual no sabía nada. En el bus logré reservar un hostel que súper recomiendo. Es una cadena que se llama Banana Bungalow que tiene dos alojamientos en LA. Yo me quedé en West Hollywood porque era el que tenía disponibilidad para ese mismo día. El ambiente era muy agradable, provee sábanas y toallas, desayuno incluido, tiene muchos espacios comunes dónde interactuar con gente, máquinas para lavar ropa y varias actividades programadas para cada día. Tiene un bar dentro en el que se hacen fiestas casi todas las noches.

En Los Ángeles me volví a encontrar con mis amigos de la montaña y con ellos visité los estudios de Warner Bros y el parque de diversiones Six Flags (eso con el Go Los Angeles Card). Al otro día fuimos a Universal Studios pero ahí pagué a parte la entrada ya que mi pase de un día no lo incluía. Con respecto a esta tarjeta de turista hay que evaluar bien de cuantos días se deberá comprar. Mis amigos compraron por 3 días que incluía todo, pero la aprovecharon. Para mí fue más provechoso sacar la de un día y luego pagar el resto a parte. Estas atracciones son caras pero fue el gusto que me di durante el viaje, trabajé duro por varios meses.

Por mi cuenta, sola recorrí Hollywood y alrededores del hostel. Planeaba quedarme más tiempo pero la extensión de San Francisco y la razón por la cual debía volver antes a Buenos Aires, hicieron que el viaje se acorte un poco y queden sólo tres noches en LA. No recorrí casi nada de Beverly Hills, ni las mansiones de los famosos, tampoco Venice Beach, ni Santa Mónica, ni Long Beach o Malibú, por lo cual tendré que volver.

Tomé mi vuelo de regreso a Seattle, sacado con 3 días de anticipación a una tarifa muy barata y mi viaje se había terminado. Un viaje en el que creí estar sola la mayoría del tiempo, pero eso no sucedió. Me encontré acompañada casi todo el tiempo y eso es muy común cuando una viaja así, con ganas de encontrar gente, de conocer viajeros. Aunque me encante estar sola en algunos momentos, viajando me pasa que se me hace casi imposible. Eso me pone contenta, saber que hay muchos como vos, con sed de compartir sus experiencias.

Por esto invito, a todo el que pueda, a emprender un viaje solo o, por lo menos, que una parte del trayecto sea así. Se aprende mucho, se disfruta el doble.