En el 2014 hice un intercambio de 6 meses a Nueva Zelanda. Tenía 17 años y muchas ganas de conocer, de experimentar y de salir de mi rutina de secundario para vivir otra realidad.
Con la ayuda de mi padre, buscamos varias formas de realizar el programa en portales de internet y con conocidos que lo habían hecho. Las que más confianza me generaban eran:
- Rotary: ingresar a un programa, aunque iba a llevar un tiempo porque los requisitos son varios y más si nunca perteneciste ni participaste en actividades del club.
- EF: una empresa dedicada a los intercambios, que tiene muchisimas escuelas de idioma en todo el mundo en donde te encontrás con otros extranjeros a aprender inglés, italiano, francés, chino o el que elijas. La desventaja que veía era que no era una experiencia real de intercambio ya que ibas a una escuela con otros extranjeros. Es muy bueno si tu objetivo principal es aprender un idioma y tienen distintas modalidades de alojamiento en la que se encuentra casa de familia. El gran beneficio que tiene es que podés elegir la cantidad de semanas de tu programa empezando por dos. Ahora sé que implementaron el intercambio por meses, pero cuando yo lo hice no existía.
- AFS: que fue la que finalmente elegí, es una organización internacional con sede en Argentina, que hace más de 100 años trabaja con actividades interculturales.
De ahora en más, todo lo que vaya a contar es sobre mi experiencia con AFS, es decir, así funciona (por lo menos hasta el 2014).

Desde el primer momento en el que contacté a los miembros de la organización, me sentí escuchada. Me ayudaron y sacaron todas mis dudas y las de mis padres. Lo bueno que tiene es que tiene voluntarios y sedes en muchas ciudades a lo largo del país y seguramente haya una cerca de donde vivís. Yo, por ejemplo, contacté a la de Mar del Plata en donde tuve varias reuniones con Marcia, encargada de la sede.
El intercambio consiste en vivir en otro país e ir al colegio allá. Es decir, se debe hacer en un año escolar, generalmente los últimos tres del secundario. La duración se elige entre semestral o anual y el país lo asignan dentro de tus preferencias. Yo hice una lista de tres países en el que primero coloqué Australia, porque sentía que vivir en Sydney era muy cool 😉 , en segundo puesto a Nueva Zelanda y en tercer lugar Inglaterra. En ese momento Australia era muy cotizado y había muy poquitos cupos, por lo que se descartó rápido. Gracias a Dios me tocó el segundo en la lista. Digo así porque ahora estoy enamorada de NZ!

Yo quería aprender inglés porque no tenía una muy buena base. Si había ido a un instituto pero de grande y en el colegio era bastante pobre (típico de muchos de los colegios). Pero me parece un desafío increíble elegir algún país en donde se hable otro idioma, más aún si ya sabés inglés.
Hay que completar muchos papeles pero todo es para que puedas cumplir tu sueño! Es decir, no cuelgues porque los voluntarios trabajan con tiempos y si uno no coopera, imposible conseguir cupos y el lugar que querés.
Una vez asignado el país, comenzarán a buscarte una familia. Es importante que no creas que vas a terminar en una gran ciudad, o en la capital del país. Muy probablemente no sea así, porque los países son grandes y hay familias queriendo alojar en todas partes, hasta en el medio del campo. A no desanimarse porque las mejores experiencias terminan siendo en las que más aprendés, y probablemente eso sea en un lugar diferente al tuyo.

Lo que más me gusta de este tipo de intercambios es que las familias que te reciben lo hacen de forma voluntaria, es decir, no reciben ni un peso por alojarte. En cambio en otro tipos de programas sí lo hacen y, si bien muchos lo hacen porque realmente les gusta alojar, otros lo ven como un negocio (lo digo porque a varias chicas que conocí les pasó). Por suerte mi familia fue lo máximo!

No creas que tu familia va a llevarte de viaje mil veces, va a comprarte todo lo que quieras o estar pendiente a todos tus caprichos. Vos pasas a formar parte de su familia y la vida para ellos continua. Algunas de ellas te llevan a conocer los alrededores, te llevan al supermercado y eligen juntos qué comer y tal vez cumplan alguno de tus caprichos, pero no es algo que debes esperar. Todas estas cosas podés hacerlas vos por tu cuenta con los amigos que hagas en el colegio.
AFS organiza antes y después de tu intercambio un campamento en Buenos Aires para que empieces a vivir y puedas sacar todas las dudas que tenés, prejuicios y para que conozcas quienes estarán en el mismo país que vos (probablemente no en la misma ciudad). También organiza y emite tus vuelos.
Al momento de partir y luego de despedir a toda tu familia (seguro alguna tía llora), empieza tu aventura! En mi caso, llegué desde Auckland a Tauranga, una ciudad cercana a donde iba a vivir (y muy linda por cierto) y ahí me buscó mi familia anfitriona. Otros van a buscarte a la capital o a la terminal de bus a la que llegues. Todo eso lo organiza AFS (por suerte).
Seguramente pronto debas empezar las clases y tengas que comprar el uniforme, útiles escolares y todo lo necesario. Para mí, fue una parte re divertida. Elegir las materias, conocer a tus nuevos compañeros, en su mayoría serán del país de origen y tal vez curses con otros alumnos de intercambio.
Hago un STOP en cuanto a las materias. En mí caso yo elegí las que más me divertían: música, materiales, danza, Outdoor Education, literatura e iba a ayudar a las clases de español ya que me lo habían pedido. En mi colegio de Argentina me habían dicho que no me reconocían ninguna materia, que aunque curse matemáticas era lo mismo porque igual iba a tener que rendirlas en diciembre (mala onda) pero lo hice, y no fue nada grave. En realidad en diciembre un poco me ayudaron tomándome trabajos o exámenes más cortos ya que había perdido todo eso por estar de intercambio, no por faltar.
A otros chicos que viajaron conmigo de distintos puntos del país, les reconocían el tiempo que se quedaran. Es depende el colegio y la ayuda que quieran brindarte. Lo mejor es que averigues con tiempo, ya que si no van a reconocerte nada, lo mejor es que hagas como yo y te vayas el último año del colegio. Si te llevas todas las materias, es decir te quedás libre, no tenés la opción de repetir de año (de última entrarás más tarde a la facultad – pero tuviste una experiencia increíble el año anterior).
Yo hice muchos amigos, en su mayoría kiwis (nativos de NZ) y también varios de intercambio (de Alemania, EEUU, China, etc). Hasta me puse de novia!
En mi caso viajé bastante porque a mi familia le divertía llevarme los fin de semanas para que conozca. También tomé un tour con otros 34 estudiantes de intercambio por toda la Isla Sur que estuvo muy bueno, pero era bastante costoso.
La desventaja más grande que tiene esta organización, es que lamentablemente es costoso. Tiene algunas becas a las que se puede aplicar y en general son a los países menos elegidos. No por eso dejan de ser menos interesantes y divertidos.
Con AFS tenés la posibilidad de realizar un intercambio desde tu casa. Sí, leíste bien. Sin moverte de la comodidad de tu hogar. La forma de hacerlo es HOSPEDANDO a un estudiante de intercambio. Para eso sólo necesitas las 3C:
- Cariño: incluyendo al estudiante como a uno más de tu familia.
- Comida: la alimentación diaria.
- Cama: la cual, no necesariamente tiene que ser en una habitación separada. Puede compartir con vos / tus hijos / hermanos.
Hay miles de estudiantes, de diferentes partes del mundo, esperando una familia. Es increíble la cantidad de cosas que puede aprender de tu forma de vivir, de tu cultura. Y al mismo tiempo, todo lo que te puede enseñar. Allí es donde se da el intercambio, el cual es necesario para contribuir a la paz del mundo, al entendimiento entre sociedades.
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